
Ciep Aysén
*Estudio evalúa capturas y estima indicadores biológicos de Jaiba marmola en caladeros de pesca con el objetivo de realizar recomendaciones que contribuyan a su manejo sustentable.
Por más de una semana un equipo de investigadores de CIEP recorrió diversos sectores del litoral sur de Aysén para monitorear, junto a pescadores locales, recursos marinos tales como la jaiba marmola.
El recorrido efectuado a través del canal de Moraleda, al sur de Puerto Aguirre, se inició en isla Traiguén y luego continuó hacia isla Melchor, en ambos sectores hay extracción de jaiba marmola prácticamente todo el año, lo cual permite a lugareños mantenerse en estos remotos sectores con una actividad económica que ya lleva casi media década de explotación.

Gustavo Aedo, investigador residente de CIEP, y biólogo marino, explicó que el actual tamaño mínimo de extracción es superior a 12 centímetros de ancho del caparazón, “lo que permite la devolución de una fracción importante de individuos bajo esa talla con lo cual se asegura la existencia del recurso”.
Cabe destacar que esta especie, es un crustáceo decápodo, y crece a través del cambio de su exoesqueleto, “lo que favorece que aquellos individuos por debajo del tamaño mínimo de extracción y que son liberados al mar durante la selección de la captura comercial, puedan crecer y a posterior formar parte de la fracción explotable, cumpliendo con la normativa para ser extraídos y comercializados”, afirmó Gustavo Aedo.
Al mismo tiempo, en el sector de isla Melchor, existen zonas que permiten a las jaibas pequeñas tener refugio, disponer de alimento, crecer y sobrevivir hasta alcanzar la edad adulta, que es cuando se incorporan a la pesquería. Estas zonas podrían ser potenciales áreas de crianza, y “ese es otro objetivo de este estudio, identificar variables biológicas, ecológicas y también del hábitat que permitan caracterizar estas zonas”, explicó la investigadora de CIEP, Paula Ortiz, ante lo cual señaló que se han dado cuenta que “existen ciertos hábitats como las grandes praderas de huiro, que son muy importantes como refugio para estos juveniles.

La idea de este estudio es entregar información al Comité de Manejo de Crustáceos Bentónicos de la Región de Aysén para que este pueda tomar decisiones en favor de la sustentabilidad de este recurso.
Según explicó Alexis Catalán, investigador de CIEP, del área de pesca artesanal, muchos creen que el conocimiento está concentrado en las autoridades o en los centros de investigación, cuando en realidad, “con su conocimiento o conciencia del entorno los pescadores artesanales implementan medidas de manejo, por ejemplo, dejan descansar ciertas zonas de la pesca en espera de recuperación.”
Para Juan Legue, pescador artesanal del sector de isla Melchor, quien lleva más de 50 años trabajando la pesca, en todos sus ámbitos, desde buzo con escafandra a pescar merluza y congrios, y ahora que llegó la pesca con trampas, planteó que el trabajo de CIEP y de todos los sectores involucrados, buscan mantener con vida su trabajo, “asegurar que existan recursos para las futuras generaciones de pescadores artesanales del litoral”.
Madeleine Hamamé, investigadora del CIEP, señaló que “este es un trabajo que se mantendrá en el tiempo con el objetivo de seguir contribuyendo a que las autoridades dispongan con información suficiente para respaldar futuras decisiones de manejo”.
En la salida a terreno los investigadores de CIEP fueron acompañados por Sofía Cabezón, profesional de SERNAPESCA, quien pudo ver el trabajo realizado por el centro de investigación, además, de compartir información con los pescadores artesanales, quienes debido al nivel de aislamiento pocas veces pueden interactuar con las autoridades pesqueras.
Cabe destacar que el CIEP desde hace 7 años lleva estudiando este importante recurso para la pesca artesanal. Actualmente, este trabajo forma parte del estudio denominado “Investigación indicadores para evaluar pesquerías jaiba y centolla Región de Aysén”, financiado por el Gobierno Regional y su Consejo.
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